Siempre que hay un reto, también hay una oportunidad para afrontarlo, para demostrar y desarrollar nuestra voluntad y determinación. -Dalai Lama
Curioso pero cierto. Finalizas tu estudios universitarios sin imaginar siquiera en qué va a consistir realmente tu trabajo. Sientes que has aprendido, pero tampoco tienes claro para qué y cómo utilizarlo en un futuro. Esta sensación es aún más envolvente desde hace unos años, aunque aquí entre en juego otra agente: lo inestable del entorno.
Sentimos que perdemos el tiempo cuando memorizamos información sin más y especialmente cuando no sabemos qué hacer con ella; cuando en definitiva, no encontramos el más mínimo interés al contenido sobre el que además, nos van a evaluar. Si la opción de aprendizaje escogida es la del aprendizaje en línea posiblemente el problema sea más acuciante, ya que la sensación “solo ante el peligro” suele sentirse con mayor intensidad. Hemos vivido alejados de retos reales, retos motivadores que nos impulsaran a continuar creciendo.
Aprendizaje basado en retos [ABR]
Tras la anterior dos cuestiones quedan claras, la primera que el tiempo es nuestro bien más apreciado y como tal hay que cuidarlo; y la segunda que surge como respuesta a esta necesidad: desarrollemos competencias útiles realizando una inmersión en ese día a día y lo más realista posible, por favor.
Imaginemos que estamos en el primer día de un curso online, al acceder a la plataforma eLearning qué preferirías encontrarte, ¿una propuesta de tareas, o una propuesta en la que tú escogieras los retos? El simple uso de una u otra palabra ya está condicionando tu primera impresión. Parece claro, plantear “listas de tareas”, “actividades obligatorias”, “pendientes”, sinceramente, es leerlo y desmotivarse.
Atendamos a las diferencias de significado [RAE]:
Tarea:
f. Obra o trabajo.
f. Trabajo que debe hacerse en tiempo limitado.
f. Deber (ejercicio que se encarga al alumno).
f. Afán, penalidad o cuidado causado por un trabajo continuo.
Hasta aquí las cinco primeras acepciones. No continúo porque una de ellas se refiere a la cantidad de chocolate determinada que suele elaborar un oficial en un día y va a endulzar demasiado el concepto.
Reto:
m. Provocación o citación al duelo o desafío.
m. Acción de amenazar.
m. Dicho o hecho con que se amenaza. Echar retos.
m. Regañina.
m. Objetivo o empeño difícil de llevar a cabo y que constituye por uno un estímulo para quien lo afronta.
Especialmente la número uno y la número cinco bien podrían representar lo que estamos comentando, la propia palabra llama a la acción, a la actividad. Justo eso es lo que deseamos provocar.
Cual “Once” en la entrañable Stranger Things, realicemos el viaje hacia la otra dimensión. El especial de Aprendizaje Basado en Retos (ABR) EduTrends [Observatorio Tecnológico de Monterrey] nos descubre cómo este tiene sus raíces en el aprendizaje vivencial; o cómo a diferencia del Aprendizaje Basado en Proyectos o en problemas, el ABR ofrece problemáticas abiertas y generales sobre las cuales los estudiantes determinarán el reto que abordarán y para la que se requiere una solución real. Además, en ABR el rol de la persona docente además de coach, se entende cercano a la coinvestigación y al diseño (todo un reto para el propio docente, ¿verdad?).
eLearning y ABR
Y ahora pienso en el eLearning y en cómo está pidiendo a gritos ser desafiado, cómo requiere de vida, de movimiento. Sus plataformas se niegan a permanecer estáticas edición tras edición, las tareas (¿retos?) imploran no ser obligatorias, sino deseadas. Los foros cansados ya de las mismas presentaciones, quisieran experimentar nuevos aprendizajes, e incluso si no es posible, dar paso a savia nueva. Hay una gran parte que sigue prefiriendo trabajar de manera individual, porque “para eso se inscribió al curso, porque era flexible”, y son los diseñadores instruccionales quienes deberán descubrir cómo mostrar el encanto y el potencial del trabajo cooperativo.
Ahora imaginemos nuevamente esa plataforma el primer día de un curso online, veo toma de decisiones, entusiasmo, curiosidad, flexibilidad, color, trabajo en equipo. Por fin se vislumbra un relación auténtica entre realidad y formación. El alumnado es el auténtico protagonista y marca su camino. El aprendizaje comienza a saborearse nuevamente y los retos nos exprimen hasta nuestro máximo potencial, es más, lo superamos, no sabíamos que pudiéramos crecer tanto. Y por imaginar que no quede… el ABR está está gamificado y nos dirigimos inexorablemente hacia la experiencia memorable.
¿Asumes el reto?
Bibliografía: EduTrends. Aprendizaje Basado en Retos. Tecnológico de Monterrey
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