La importancia de la estética en eLearning como experiencia memorable

La importancia de la estética en eLearning como experiencia memorable

Damos la bienvenida a la segunda parada en el camino hacia la experiencia memorable en eLearning. Si recordáis, la 1ª entrega se centró en la narrativa, mostrando diversas herramientas para aprovecharla al máximo.

En esta ocasión, situamos el foco en la «estética». Sí, lo natural es no haber escuchado este concepto más allá del ya conocido, sin embargo, ocupa un lugar relevante en el diseño de un sistema gamificado.

De las 9 acepciones que se reflejan en la RAE sobre estética, vamos a quedarnos con la número 3 y con la número 7:

3. adj. Perteneciente o relativo a la percepción o apreciación de la belleza. Placerestético.

7.f. Armonía y apariencia agradable de los sentidos desde el punto de vista de la belleza.

Realmente, lo anterior tiene mucho que ver con el sentido que adopta de la traducción Aesthetics (inglés). Y es que no resulta sencillo conceptualizar a la estética, al menos desde el punto de vista de la gamificación. Entendida como los recursos visuales, sonoros… cuyo conjunto hace creíble al sistema, que ayudan al jugador (usuario o alumno) a sentirse inmerso en él, también se comprende como la respuesta emocional que se desea evocar en el participante.  Ambas perfectamente compatibles. Presento a continuación un caso real, a fin de que nos ayude a comprender mejor el concepto:

La estética en la vida real
Recuerdo que un amigo se fue con su pareja a un afamado restaurante con Estrellas Michelín (un año después de reservar). A su regreso le pregunté, ¿qué tal ha ido? ¿Estaba todo tan delicioso como parece? Y me respondió que lo mejor no había sido la comida (que también), sino la experiencia. Desde el momento en que reservó, una serie de detalles hicieron que se sintiera especial, que desear aún más vivir esa experiencia, y una vez allí, lo relató como una experiencia única, pura emoción. Un claro ejemplo de experiencia memorable.

Dirijámonos al ámbito de la gamificación educativa, si planteo un diseño gamificado con una temática de espías, intentaré incorporar elementos relacionados con ella: caracterizaciones a lo James Bond, bandas sonoras de películas de espías, guiños a escenas famosas en la narrativa, fuentes para el texto al estilo «Top Secret», etc. Cuánto más trabajada esté la estética, más fácil será que los participantes se adentren y sientan que forman parte de ese universo creado para ellos. A las fortalezas que ya presentaba Pepe Pedraz en esta entrada de su blog:

  • Suscitar un interés inicial en nuestros usuarios,
  • Ayudar, apoyar y reforzar la narrativa que incorporamos,
  • Aportar un extra al equilibrio de todos los elementos que componen la experiencia,
  • Dotar de cierta exclusividad a nuestra experiencia,

Añadiría otras dos:

  • La oportunidad que nos genera a nosotros como diseñadores de experiencias para inspirar otras experiencias. Me explico. Los que tenemos la fortuna de dedicar parte de nuestro tiempo a gamificar, sabemos que cada una de nuestras propuestas tiene mucho de otras iniciativas que nos han marcado, que nos han inspirado. Trabajar a conciencia un diseño, cuidando su estética al máximo, nos brinda la oportunidad de aportar en la medida de lo posible recursos  e ideas aprovechables por los demás. Imaginemos por ejemplo que planteamos una gamificación donde existe un villano y grabamos nuestra voz a lo Darth Vader para asustar (solamente un poquito ;-). En esa grabación, aunque la compartamos en abierto, difícilmemente podrá utilizarse tal cual (por su grado de personalización en la narrativa concreta), pero sí que puede pensarse en utilizar el recurso de la grabación de voz distorsionada para transmitir una narrativa.
  • El entender la estética como algo tan abstracto y camaleónico, nos obliga a seguir actualizándonos, aprendiendo, a obrar milagros con los recursos y el tiempo con que contamos, y en definitiva a crecer. La actualización personal y profesional aquí tiene mucho que ganar, ni os imagináis lo que estoy aprendiendo al construir narrativas, sobre cine, historia, literatura, juegos de mesa, etc.

Hacia la experiencia memorable: 3 principios para potenciar la estética:

Coherencia de principio a fin:

¿Qué queremos evocar en el alumnado? Ganas de aprender, entrega y que disfruten de la experiencia. Estupendo. Pues no nos limitemos a cuidar los detalles una vez comenzado el curso. Desde el momento en que se difunde la acción formativa ha de haber una coherencia estética y comunicativa. Banner, tipos de fuentes, recursos audiovisuales, etc. Todos los elementos han de generar una sensación similar. La gama cromática y el estilo deberían ir en la misma línea. No podemos hablar de innovación y presentar el curso con la letra «Comic sans» (con mi respeto a los fans, que también los tiene). Por supuesto, si hemos apostado por una narrativa como hilo conductor del curso, los demás elementos habrán de adecuarse a ella.. Tanto el seguimiento formativo como la evaluación del curso y la evaluación de calidad habrán de ser coherentes también.

Aprovechamiento de los recursos digitales:

Cada vez más son las plataformas y recursos digitales que allanan el camino hacia la gamificación. Un ejemplo de ello es la plataforma Moodle. En este artículo de Oriol Borrás, encontrarás una guía de gamificación para Moodle.  En este enlace de Moodle encontrarás más información sobre las insignias (recordando siempre que limitarse a incluir insignias, no es gamificar). Además, en esta «librería» podrás descargar hasta 100 badges de manera gratuita, seguro que les das buen uso. Atención también a los Open Badges de Mozilla Backpack. Por supuesto, hay vida más allá de la plataforma. Si organizas una videoconferencia con el alumnado, ¿por qué no gamificarla? En la entrada correspondiente a los elementos de juego conoceremos más aplicaciones en detalle.

Redes sociales como refuerzo extra:

En una sociedad cada vez más conectada, obviar la utilización de las redes sociales puede suponer un grave error, ya que realmente, es en las comunidades de aprendizaje donde se produce el auténtico aprendizaje. Si en nuestra propuesta gamificada existe una especie de comodín u oráculo, ¿por qué no crearle una cuenta el alguna red social y que atienda dudas por esa vía? Además, las redes sociales suelen poseer un nivel de personalización estética muy elevado, ¡aprovechémoslo!

Huyo, sinceramente, del planteamiento de verdades absolutas, sencillamente me he animado a compartir mi particular visión. Próximamente intentaré acercame aún más a la experiencia memorable gracias a la tecnología y a los elementos de juego.

¿Os resulta interesante la estética?

¿Pensáis que la inversión tiempo merece la pena?  ¿La valoráis como participantes de una acción formativa?

 

Imagen de cabecera: Condesign. CC0 Public Domain. URL. Pixabay

 

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