El Síndrome del aula vacía

El Síndrome del aula vacía

«Ningún lugar de la vida es más triste que una cama vacía».

Gabriel García Márquez
Crónica de una muerte anunciada.

Y haciendo analogía, No hay nada más triste que un aula vacía.

¡Qué miedo! ¿verdad? Llegar a dar una clase y encontrarte los pupitres vacíos. 😰

Pues sí, en lo presencial (ahora tenemos que diferenciar) tememos plantarnos delante de un público inexistente, a veces por su ausencia física y otras de pensamiento. Nos aterroriza que no asista nadie a una charla que te has currado con esmero o casi en igual caso, encontrarte con un grupo poco participativo.

¿Qué es el síndrome del aula vacía?🤔

Curiosamente este horror vacui que experimentan los artistas, o aquella “Naturaleza que  aborrece el vacío”, sostenida por los aristotélicos… es la que experimentan los docentes, los de toda la vida, cuando se enfrentan a una clase virtual por primera vez. 

Esa necesidad de feedback constante, de contacto visual, de sentir que te escuchan…, se suma a la inseguridad de un medio desconocido que genera desconfianza, estrés… En muchos casos crea incluso una sensación de pérdida de control: ¿Y si se interrumpe la conexión?¿Y si me falla el equipo? ¿Y si mis auriculares dejan de funcionar?

Al menos aquel miedo a hablar en público o pánico escénico estaba en nuestras manos, ahora nos encontramos a disposición de unas circunstancias que podrían ser ajenas a nosotros.

Para muchos es algo nuevo, para los más jóvenes, quizás algo más normalizado, y para los que llevamos muchos años, aunque estamos acostumbrados, se trata de una situación donde aún manifestamos pequeñas secuelas 😖

¿Cuáles son sus síntomas?🤒

«La valía de un hombre se mide por la cantidad de soledad que puede soportar».

Friedrich Nietzsche
Sensación de soledad momentánea – ¿Hay alguien ahí?

 En ocasiones, debido a las circunstancias de la sesión, nos da la sensación de que hablamos solos. De hecho, algunas veces no es solo una sensación, ¿Quién no ha descubierto al cabo de unos minutos que había tenido el micro apagado o en mute durante un rato? 😅 Esta impresión de soledad momentánea la solemos sentir cuando:

  • La herramienta de videoconferencia empleada carece de recursos de interacción (chat, cámaras o micros desactivados, encuestas, etc)
  • La conexión es mala y existe un retardo de audio/imagen.
  • El público es poco participativo o desinteresado.
  • El tipo de sesión no favorece la interacción. Aquellas videoconferencias masivas como el discurso de un directivo o la charla de un experto. También con las sesiones de compartir pantalla y explicar procedimientos o manejo de un aplicativo.
  • El enfoque de la clase es meramente discursivo, muy teórico, de talle tradicional.
Abuso de marcadores conversacionales – ¿Vale?

Las también llamadas muletillas nos ayudan a hilar nuestro discurso y nos sirven para realizar esas pausas tan necesarias en la reordenación de nuestros pensamientos. Nos dan seguridad y confianza para afrontar nuestras clases. Sin embargo, a veces pasamos a normalizarlas en exceso, convirtiéndolas en un tic tedioso para el oyente.

Este síntoma lo manifestamos en nuestras clases virtuales especialmente abusando de los marcadores de control de contacto. Aquellos que inconscientemente empleamos para palpar que nos oyen, que nos prestan atención. Algunos de los ejemplos más comunes: ¿Vale?, ¿De acuerdo?, ¿Eh?

Control excesivo del aula virtual – Sí o sí

Otro de los indicios de manifiesto de este síndrome, consiste en querer controlar todo lo que ocurre en todo momento. En este caso, este interés se sobrepone al de la finalidad de la propia sesión formativa, y hace que obliguemos a los participantes a tener los micros abiertos, las cámaras encendidas y/o revisar un seguimiento de sus conexiones, revelando así una falta de confianza en ellos.

¿Cómo combatirlo?🥊

«Hoy no me quisiste oír. Un día llegará en que me haré escuchar».

Benjamín Disraeli

Por supuesto es posible eliminar o disminuir el síndrome del aula vacía. Si anteriormente decíamos que había variables que escapaban de nuestro control en nuestras clases virtuales, hay otras que podemos cuidar y corregir. Aquí algunos consejos:

  1. Gana confianza anticipándote a posibles imprevistos técnicos. El diseño de alternativas o planes B nos permite apoderarnos del escenario y controlar la situación.
  2. Estructura y planifica la sesión. Crear un checklist y estandarizar tus clases es un hábito sensacional. Para ello te serán de gran ayuda estos 2 artículos que publicamos en su día:
  3. Recupera el contacto visual. Si la situación lo permite puedes usar puntualmente algunas de las opciones de visualización del grupo clase como el grid o vista galería.
  4. Pregunta, haz participar a los asistentes. No solo la típica pregunta de si tenéis dudas. Es muy recomendable tener preparadas preguntas de fácil respuesta que nos sirvan para palpar el ritmo e interés y para conocer algún detalle práctico, por ejemplo: ¿Qué navegador usáis?¿Habéis aprovechado esta funcionalidad alguna vez?
  5. Diseña sesiones dinámicas. Intenta emplear un enfoque práctico, si son muchos participantes escoge voluntarios, crea encuestas instantáneas, etc.
  6. Revisa tus sesiones. Repasando las grabaciones de las clases te percatarás por ejemplo de esas muletillas que puedes corregir y podrás autoevaluarte para seguir mejorando. Recuerda que esta es una ventaja que no era posible en las clases presenciales 😉

¿Has padecido alguna vez el síndrome del aula vacía?¿Qué otros miedos o dificultades te encuentras como docente?


Imagen de cabecera: Fuente Pexels

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