¡Ojú…! Qué cosa más bonita, ¿verdad?… ¡APRENDER! Aprender haciendo, aprender viendo, curioseando, a base de errores, aprender estudiando, aprender perdiendo o aprender ganando, aprender de otros, aprender con otros, aprender descubriendo o aprender soñando. O incluso, como está tan de moda, desaprender para volver a inventarnos.
Como diría a modo de copla… «Son las cosas del… aprender» 😉 Que precisamente en estos tiempos que corren, se convierten en un nuevo reto, tanto para educadores como aprendices, roles que a diario nos toca desempeñar.
A continuación me apetecía reunir un par de escenas de cine que describen distintos «procesos de aprendizaje» desde una perspectiva de ficción y en principio utópica, aunque bastante sugerente.
El fascinante sistema de aprendizaje de Mátrix, que consistía en el empaquetado de contenidos que se cargaban a modo de programa directamente en la memoria del individuo. -«¡Zas!… Ya sé pilotar un helicóptero»- La mítica escena de este simpático robot “bebiéndose los libros” y saciando su sed por adquirir conocimiento. -«Need input, more input»-
Personalmente, el primero de los ejemplos me recuerda a la actual tendencia por agrupar contenidos en píldoras de aprendizaje, que adquieren valor tanto independientemente como agrupadas. De esta forma la aplicación de este aprendizaje en dosis se convierte en modular y personalizable. Y no solo me refiero al consumo de paquetes de aprendizaje que se elabora con el objetivo de enseñar, estoy hablando además de la organización personalizada de nuestro propio aprendizaje (PLE)
Para los que somos muy curiosos y nunca nos cansamos de investigar, el panorama actual se convierte en un paraíso de conocimiento y cultura. Conectados a la red tenemos todo un mundo por descubrir. Apasionante, ¿verdad? Seguro que muchos deseamos aprender a tocar algún instrumento, a dominar idiomas,… pues prácticamente en esta época de la historia que nos ha tocado vivir y en esta parte del hemisferio, el único límite que nos podemos encontrar es el tiempo. Algo ha cambiado, ¿verdad? Resulta evidente.
Por otro lado, el segundo de los ejemplos me sugiere inmediatamente el impulso por aprender de los niños. De esa misma manera en que el robot Johnny absorbe conocimiento, nos es fácil apreciar cómo los más jóvenes captan toda la información que les rodea casi de forma automática y sin esfuerzo. Parece que en nuestra naturaleza tendemos irremediablemente a llenar espacios vacíos.
Ambas situaciones nos sitúan en el hoy. Un momento en que los más jóvenes se encuentran delante de un océano de “programas de aprendizaje” (a lo Mátrix) con una capacidad de aprendizaje extraordinaria (a lo Cortocircuito) desde una isla perdida (al estilo Lost) y viajando cada mañana en la “Máquina del tiempo” que los lleva a su escuela.
Es sin duda un momento de reflexión. Reflexión obligada especialmente para los que somos profesionales de la educación. ¿Cómo nos gustaría aprender? ¿Cómo construir la nueva escuela? ¿Qué debe priorizarse en el aprendizaje de las nuevas generaciones?…
¿Tienes un minuto? Escucha qué nos dice este chico…
Genial tu reflexión Dani y magnífico el vídeo del chico con un supuesto TDAH, jajajaja… que fácil es etiquetar en el siglo XXI y sobre todo a los más indefensos, los críos.
No es nuevo que la educación actual en vivo, la tradicional sigue siendo eso….»tradicional», lamentable pero cierto y más lamentable si cabe (y ojo que estoy hablando con caracter muy general y sin ánimo de ofender a los seguro «miles de profesores en España que se salen de este tradicionalimo») que siga siendo así cuando los nuevos profesores ya han sido educados en esta sociedad tan accesible»
Seguramente esos niños con el TDAH, serán los más preparados y más formados en el futuro, ahora serán estudiantes con necesidades educativas especiales porque desde luego que tienen nee, pero no ellos sino todos, ya que la eduación actual no cubre sus motivaciones y necesidades. Dar clases «face to face» no es vomitar conocimientos para que los discentes los asimilen, ser docente debería ser el de facilitador, mediador, gurú, guía, solo eso, el resto que lo hagan ellos y es ahí donde está lo complicado, porque claro ser innovador y adaptarse al cambio, a las nuevas necesidades, cuesta y es más cómodo que a te lo den todo echo.
En fin, un +1 a los niños que sin ser TDHA se piensa que lo son ya que en las clases se distráén porque sus profes los «ABURREN» Un +1 a los docentes y profesionales de la educación que apuestan por la formación abierta, multidisciplinar y aprovechan el momento el que vivimos para trasladarlo a sus aulas. Los que no tienen miedo a salirse del currículum y cierran la puerta de su clase para abrir un mundo donde poder ser libres y poder enseñar a aprender-haciendo.
Como bien dices Dani: «Un momento en que los más jóvenes se encuentran delante de un océano de “programas de aprendizaje” (a lo Mátrix) con una capacidad de aprendizaje extraordinaria (a lo Cortocircuito) desde una isla perdida (al estilo Lost) y viajando cada mañana en la “Máquina del tiempo” que los lleva a su escuela».
¡Gracias Luis! Un +1 para tí, por expresar un sentimiento generalizado y compartido.
Un abrazo
Excelente entrada Daniel, coincido en que el último vídeo es una invitación a la reflexión. Y pienso un poco más allá en el tiempo, cuando estos chicos y chicas llegan a las aulas de la universidad. El problema sigue siendo el mismo: el aburrimiento y la falta de motivación, solo que ahora el “diagnóstico” es un poco diferente. En todo caso las soluciones son similares, y es fundamental cómo enseñamos.
Muchas veces cuando se diseñan los planes de estudios – y hemos pasado por esa fase recientemente diseñando los nuevos grados-, se discute sobre qué contenidos son fundamentales y cuáles son las necesidades de formación básica, qué requerirán nuestros estudiantes para su posterior desarrollo profesional o incluso que materias facilitarán su posible iniciación a la investigación; pero en muy escasas ocasiones se plantea cómo lo vamos a hacer, cómo conseguiremos que nuestros alumnos entiendan la necesidad de esas materias básicas para conseguir aprendizajes significativos, cómo les pondremos en contacto con el mundo profesional o cómo despertaremos en ellos ese gusanillo de la investigación.
Como tú dices, aquí el papel del docente es fundamental y ahora tenemos al alcance de nuestra mano todas las herramientas, sin olvidar que estas solo ponen los medios, pero… ¡qué medios! Justamente estos días estamos reflexionando en nuestro blog sobre todo esto, sobre el rol del docente especialmente en esta era digital. Como tú dices, en estos tiempos que corren… yo creo que el reto fundamental es para los educadores.
Gracias por compartir y felicidades a todos los amigos de oJúLearning por el blog.
¡Muchas gracias, Ana!
Creo que ambos coincidiremos en que gran parte de ese esfuerzo por «mantenerse a la última» es responsabilidad del educador. De igual manera que un mecánico cada vez se preocupa más por adquirir competencias por ejemplo en electrónica.
Aunque no es solo el único responsable. A nivel académico todos sabemos cuanta culpa corresponde a nuestra maravillosa politica educativa, y al constante interés por no avanzar en objetivos comunes, cerrar acuerdos a largo plazo,…
En fin, me paso a saludar a vuestro blog. 😉
Gracias de nuevo, Ana, por pasarte por nuestro rincón oJú.
Un saludo
Acabo de descubrir vuestra web.. y creo que es el mayor descubrimiento de fuente de inspiración que he tenido en años.. felicidades!
cada artículo es un placer 🙂
¡Guau! Pues muchísimas gracias, Blanca. En nombre del equipo oJú podría decirte que es el mayor piropo que hemos recibido desde la creación de este blog 😉
Un placer para nosotros conocerte, y encantados de que gusten e inspiren nuestros posts.
¡Saludos compañera!