Docente, la Red está infoxicada, desinfoxícala.

Docente, la Red está infoxicada, desinfoxícala.

En el mundo del marketing 2.0 existe un perfil profesional para nada demodé: el content curator, dicho en castellano clásico: curador de contenidos.

Seguro que te suena el tema, de lo contrario ya estás tardando en pasar por este post que sobre la materia publicó Edu Vázquez en esta “ojúcasa”  allá por el 2012 (ahí es nada) y que me parece interesante rescatar para realizar una humilde y respetuosa curación de su contenido orientándolo al área de la formación y, especialmente, de la docencia.

En el citado artículo se define al curador de contenidos como “…un Intermediario crítico del conocimiento que busca, agrupa y comparte de forma continua lo más relevante en su ámbito de especialización (separa el grano de la paja) ”

Desde un punto de vista estrictamente formativo, podemos concluir que el proceso de curar contenidos lo llevamos haciendo toda la vida, sólo que no le habíamos puesto nombre y apellidos. ¿A caso un/a docente, formador/a, tutor/a,… no es (o debería serlo) un intermediario crítico del conocimiento que busca información constante para preparar las clases, contenidos, materiales didácticos, recursos, etc., con el objetivo de compartirlos entre el alumnado para facilitar su proceso de aprendizaje?

No hace mucho que para preparar contenidos y materiales didácticos recurríamos exclusivamente al material bibliográfico tradicional, sí, los libros o manuales en formato papel de toda la vida o algún documental de TV (esto ya era una innovación)  y  aunque aún continúan siendo materiales de indudable valor pedagógico, no podrás negar que hoy el primer sitio al que acudes para buscar información, materiales y recursos es al vasto océano de Internet  y como en el océano, pues hay de todo… hasta basura, por desgracia.

Por este motivo, en formación, es el/a formador/a, tutor/a él/a encargado/a de enfrentarse a la titánica tarea de buscar, filtrar, seleccionar y reeditar la información, labor que conocemos como proceso de curación de contenidos y como todo proceso, debe ser sistematizado.

Aunque existe una gran variedad de teorías y procedimientos acerca de la mejor forma de realizar la curación de contenidos, me parece muy interesante la propuesta realizada por Javier Guallar y Javier Leiva Aguilera en su libro “El Content Curator”, quienes dividen el proceso en cuatro “sencillas” fases:

Fase 1: Buscar la información. ¿Dónde?

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Aunque existen otros buscadores, Google fue, es y seguirá siendo el rey, por lo que es importante aprender a utilizarlo de una forma eficiente. El propio Google nos da las claves para ello: todos los trucos para buscar en Google.

Te recomiendo utilizar el sistema de alertas de Google: Google Alert, con el que podrás monitorizar, en tiempo real, qué se está publicando en la red en torno a una temática concreta. Basta con acceder a la aplicación y crear la alerta, a partir de ese momento recibirás en tu bandeja de entrada de correo todo lo que sobre ello se publique. Es muy sencilla de utilizar, pero te dejo este completo tutorial de Nerea Nieto para ComputerHoy para que puedas familiarizarte cómodamente  con la herramienta.

Aunque no lo creas, los medios sociales constituyen otra fuente inagotable de información. En la gran mayoría de redes se utilizan los «hashtag» como método para aglutinar la información en torno a temáticas concretas que crean los propios usuarios (Sí, el símbolo “#” seguido de una o más palabras) y que nos facilitan mucho la tarea a la hora de buscar contenido relevante en torno a una temática determinada.

Fase 2: Seleccionar/filtrar  la información. ¿Cómo?

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Ya sea a partir de las diferentes búsquedas que hagas en la red a través del buscador o bien a través del sistema de alertas de Google Alert, encontrarás infinidad de webs o blogs que a buen seguro desearás “seguir” de forma regular. Así, cada vez que haya una actualización en ellas (por ejemplo, que publiquen nuevos post o noticias), podrás consultarlas desde una misma herramienta sin necesidad de tener que pasar diariamente por cada web o blog (lo que te haría perder un tiempo muy valioso). Para ello, puedes utilizar un lector RSS que te permitirá tener centralizada y actualizada toda la información de los sitios webs que consideres aporten, de forma habitual, contenidos relevantes sobre tus áreas de especialización o interés.  Yo utilizo feedly, también una herramienta gratuita de Google muy fácil de utilizar, pero por si acaso, aquí tienes un buen videotutorial de educatutos que te ayudará a dominarla.

Utilizando «hashtags» encontrarás un buen puñado de cuentas a las que seguir. Sin embargo, en redes como Twitter, el timeline es asombrosamente rápido, por lo que es imprescindible crear listas temáticas que aglutinen a usuarios que sigas y publiquen contenidos sobre una o varias categorías para perderte lo menos posible. En redes como LinkedIn o Facebook es fundamental identificar y seguir grupos relevantes.

Para seleccionar o filtrar la información en redes sociales, también es interesante utilizar alguna de las muchas herramientas que existen, lo que sin duda te facilitará el trabajo. La más popular es hootsuite. Desde ella puedes monitorizar hashtag, listas…

Fase 3: Poner en valor los contenidos.

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Probablemente la fase más apasionante y quizás la más complicada y creativa. Ahora se trata de caracterizar tus propios materiales, contenidos o recursos  partir de la avalancha de información que sobre un tema determinado manejas. Se trata de darle tu toque personal y añadir valor a los contenidos, no más ruido.

En esta fase entran en juego tu creatividad y habilidad para desenvolverte con diferentes herramientas para desarrollar infografías, presentaciones innovadoras, video tutoriales, animaciones, ilustraciones, etc.

Algunas herramientas para profanos:

Fase 4: Difusión del contenido al público objetivo.

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Es decir, a tus alumnos. Por supuesto, la difusión del contenido curado va a depender, en buena medida, de la modalidad de impartición de la acción formativa, ya que no es lo mismo hacerlo de forma física en el aula que de forma telemática a través de un entorno virtual de aprendizaje, por lo que es vital conocer  bien las características de la modalidad formativa de la acción formativa, así como el perfil de tus alumnos para garantizar una correcta difusión de los contenidos.

En definitiva, la curación de contenidos debe ser una función que el docente ha de asumir como propia, por lo que entre sus competencias debemos incluir:

  • La capacidad para gestionar grandes volúmenes de información, siendo capaz de identificar contenidos y recursos verdaderamente valiosos, fiables y actualizados.
  • Contar con habilidades de comunicación propias de la formación presencial y online para transmitir la información.
  • Tener las competencias digitales básicas para desenvolverse en el mundo 2.0.

Pero ahí no queda todo. Si nosotros, como docentes, tomamos la red como principal fuente de información y recursos, también lo hacen nuestros  alumnos, por lo que es imprescindible enseñarles a ser curadores de contenidos, y es que incluso, de una forma consciente o inconsciente, van a tener que curar contenido a lo largo de toda su vida profesional, después de todo, nos encontramos en la era de la información y la gestión del conocimiento, así que manos a la obra y… ¡a curar contenidos!

imagen de cabecera extraída de: pixabay.com

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Inquietantemente inquieto. Licenciado en Ciencias Políticas. Consultor, coordinador, formador y tutor de formación. Especialista en Formación Profesional para el Empleo. eLearning. Atrapado por las TIC y todo lo que huela a 2.0. Diseño gráfico/Web y Marketing Online.

7 comentarios

  1. Genial y completo post en el que se refleja la vital importancia de hacer una buena curación de contenidos previa a la realización de casi cualquier tarea profesional y en cualquier sector. Como muy acertadamente se indica en el post, la curación de contenidos no es ni mucho menos una tarea novedosa, sino que realmente es algo que se viene haciendo desde siempre. La diferencia es, por tanto, que hoy en día ya se le ha puesto nombre a dichas funciones (incluso existen puestos de trabajo específicos y cuya principal función es realizar ese «filtro» de información). Muchas gracias por la información.

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