Promoviendo el cambio educativo

Promoviendo el cambio educativo

Lo advierto, me voy a meter en un “fregao” que no tengo claro cómo saldrá. Es un pensamiento e inquietud a la que llevo dando vueltas hace bastante tiempo y que voy a intentar plasmar con ánimos de crear debate y reflexión.

Actualmente nos encontramos en un momento agitado por una corriente de cambio brutal y arrolladora. Todo lo que conocíamos: los sectores, las profesiones, las formas de relacionarnos, están afrontando procesos disruptivos de cambio en todas sus dimensiones. La ciencia, la tecnología, la capacidad de relacionarnos de forma global, el efecto mariposa, han contribuido a que se planteen cambios profundos en todos los sectores, segmentos sociales y disciplinas de conocimiento.

Es curioso que de toda esta lista de 9 hitos, casi todos han sucedido en los últimos 150 años, y los más disruptivos en los últimos 30 años.
Esto es así y no es algo malo. Todo con el tiempo cambia, evoluciona, se modifica y/o se pierde. Es el devenir de la vida. La historia nos ha brindado momentos de la humanidad que han sido claves y que han supuesto momentos de crisis y conflictos de intereses entre lo conocido y lo que está por venir. Hablamos de hitos como la agricultura, la rueda, la imprenta, la radio, televisión, ordenadores, Internet, redes sociales y smartphones.

La cadencia de estos hitos cada vez más corta y más frecuente. Esto provoca que nuestras sociedades se sometan a un estrés continuo de cambio y adaptabilidad al que cada vez más individuos no son capaces de absorber provocándose brechas que son casi imposibles de salvar.

Estos cambios ya han llegado a las formas de construir, de viajar, de comerciar, de consumir, de hacer política, y ahora parece que le ha llegado la hora a la forma de educar, a la Educación.

Esta nueva sociedad que emerge necesita de nuevos individuos que sepan adaptarse a esos cambios y que tengan perfiles polivalentes o multipotenciales como marcaba nuestra compañera Azahara en su último post.

Pero, ¿Está preparada la Educación para ese cambio?

Tomando un poco las ideas sobre modernidad líquida y Globalización de Zygmunt Bauman y resumiendo mucho, partimos del planteamiento que el mundo actual globalizado se rige y se gestiona por unas normas que no están sujetas a un proceso democrático de consenso ejercido por el total de los individuos afectados. (recomiendo esta entrevista a Bauman)

Este control democrático ejercido por los poderes legislativo y jurídico para velar por los derechos comunes sólo se encuentra en niveles más inferiores: Países o Estados. Esto provoca que surjan distorsiones entre la tendencia global y el interés de cada País o Localidad. Según la voluntad y capacidad que tengan para actuar les llevará a asumir o desestimar esas tendencias. Hasta aquí todo bien.

Pero, ¿Y si en todo el subconsciente colectivo se va instalando la idea de que lo viene, la sociedad del futuro va a ser muy diferente a la que conocemos y que son los poderes globales los que están configurando ese cambio?

Pues tenemos varios problemas

El primero, Político
¿habrá que configurar una República Galáctica como Star Wars?

El Segundo, educativo
¿Está preparada la educación para dotar a esta nueva sociedad de individuos capaces de adaptarse con éxito a ella?

El quid de la cuestión

Si extrapolamos el postulado de Bauman anterior a la Educación, hablaríamos de un sentimiento generalizado y global que comienza a cuestionar los contenidos impartidos, las formas y las metodologías de aprender y que  zarandea todo el ecosistema educativo mundial.

Esta nueva ola de cambios promovida por gigantes económicos como Google, Amazon,  Microsoft o Facebook, demandan cambios en educación que puedan dar respuesta a sus problemas  en el futuro.  Entre sus demandas están las de una educación que no genere obreros, ni profesionales, sino más bien individuos que sepan adaptarse y puedan surfear con éxito las olas que se generen en todo momento (véase educación líquida  que nuestro compañero Daniel Porras escribió en INED21).

cambio educativo

Al abordar el problema, nos encontramos que las herramientas democráticas de las que disponemos para actuar: Estados Locales y Leyes, tienen su particular visión sobre lo que piensan que debe ser el cambio educativo. Están los que piensan en que debemos seguir prestando atención al contenido más que a la forma; hay otros que rompen radicalmente e instauran un humanismo tecnológico, y esto provoca que las brechas entre países sean cada vez mayores y la capacidad educativa de algunos países (entre los que incluyo el nuestro) para con sus futuros ciudadanos se esté comprometiendo seriamente.

Gobiernos Locales y Países están legislando (o no) ante estos cambios con nuevas metodologías, cambios de currículums y fórmulas pedagógicas innovadoras. Algunas más acertadas y otras menos. Pero el caso es que,

 La educación está a debate.

Hablar de Educación está de Moda

Es un tema que preocupa, y que se aborda desde muchas perspectivas y ámbitos antes impensables. ¿Un periodista hablando de educación? ¿Un economista?, ¿Mi vecino hablando del método Montessori? Incluso surgen programas televisivos como poder canijo que trivializan la labor docente.

¿Esto es bueno? Pues si se lo preguntas a los catedráticos, o profesores Universitarios de Ciencias de la Educación seguramente te dirán que no, que son ellos los que deben generar el debate y pensar y generar soluciones a los retos actuales.

El otro día, leía la entrada los pedagogos, en el blog de Fernando Trujillo. Habla de nosotros y de cómo hemos sido los Pedagogos, relegados en el debate educativo a zonas muertas o insignificantes, y sustituidos por otros profesionales más mediáticos o incluso por disciplinas que no son las que deben ocuparse de estos temas.

Para mi, este hecho tiene más de positivo que de negativo. Hoy las disciplinas de conocimiento no son estancas, todo está conectado y los conocimientos, metodologías y prácticas fluyen entre disciplinas con la inestimable ayuda de los hitos tecnológicos.

Mientras más se hable de educación, más se cuestione a nivel global y más sean los actores que intervienen en los debates generando controversia, mejor será el análisis y la solución.
Cierto es que hoy cualquiera se convierte en influyente (youtubers, bloggers, coach, etc) y según la barbaridad que diga hace más o menos daño. Pero al menos, el debate sale de los ámbitos académicos y esto hace que los gobiernos y gobernantes se cuestionen el cambio y traten de legislar en materia.

Y como dice Fernando, los Pedagogos deben estar ahí, ser los youtubers y los bloggers, pero también los asesores de los gobernantes que lideren los equipos multidisciplinares que aborden el cambio con un proceso de diseño sistematizado y fuera de sensacionalismos y modas pasajeras. Deben ser  los que culminen un nuevo modelo global de aprendizaje que prepare a individuos para esta modernidad de cambio, para esta Modernidad Líquida.

Así que movámonos por el cambio y generemos un modelo educativo que prepare a los individuos para la sociedad futura, pero que al mismo tiempo garantice su capacidad de independencia, autonomía frente a los intereses globales de grupos reducidos.

Y eso ¿cómo se consigue? ¿Qué enfoque educativo es el que lo permite? ¿Qué es lo que debe cambiar? Intentaremos en otros posts dar nuestra visión.


Fuentes consultadas:

Zygmunt Bauman: modernidad líquida y fragilidad humana

Los Retos de la Educación en la Modernidad Líquida.

Imagen de portada: Pixabay

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