Llevamos algún tiempo leyendo y escuchando noticias sobre la metodología de clase al revés o Flipped Classroom, una innovadora y lógica forma de dar clases. ¿Sabes de qué trata? Te lo contamos.
Una metodología Flipped Classroom, traducido “aula volteada” o “clase al revés”, consiste principalmente en invertir las tareas de mañana y de tarde en el aula, de modo que los deberes o tareas pasan a concentrarse en el aula mientras que el estudio de la lección o lecturas se hacen en casa. De este modo se invierte el tiempo de clase presencial en asimilar los contenidos, realizar tareas, resolver dudas y en definitiva, profundizar en lo que el estudiante ha leído la tarde anterior en presencia del tutor que se convierte en un actor más principal y necesario.
Conseguimos así que las tareas menos activas se desarrollen en casa y las de ejercitar y poner en práctica los contenidos y los conocimientos se hagan en conjunto en clase con el apoyo del docente. Por supuesto, esta metodología suena a aula de educación reglada pero como todo, es extrapolable a la formación continua a la que estamos más acostumbrados ya.
Son muchos los beneficios que aporta esta nueva manera de entender la educación:
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Elimina la frustración de docentes y discentes en las largas horas de clase
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Ayuda a la colaboración y trabajo en equipo
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Se acelera el proceso de asimilación gracias a la resolución de dudas
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Apoya el valor de la lectura en casa como técnica de estudio.
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Mejora la percepción del docente hacia el trabajo de sus discentes y su personalidad.
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Aumenta las capacidades de pensamiento crítico, la reflexión y la creatividad.
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Convertir el aula en un auténtico laboratorio de aprendizaje cambiando la actitud hacía ellas.
Profesores innovadores
Seguramente esta metodología la han usado muchos profesores a lo largo del tiempo, sin embargo fue hace relativamente poco que ha sido documentada, y analizada. Hace pocos años dos profesores desarrollaron esta técnica metodológica (2007 ) prefijando una base científico social para corroborar sus teorías. Su forma de llevarlo a cabo fue preparando unos vídeos para algunos alumnos que habían perdido algunas clases, a través de un software que grababa un power point vieron como estos alumnos que veían y aprendían la lección en video iban a clase con la lección aprendida.
Estos dos profesores. Jonathan Bergman y Aarom Sams dieron con la tecla y publicaron su experiencia en un libro que hoy es tendencia. Comenzaron con una simple observación: para ellos, los estudiantes necesitan de sus profesores presentes para responder preguntas y suministrar que ayuda se queden presos en alguna tarea. Ellos no necesitan de la presencia de los docentes para oír una clase o revisar el contenido. A partir de esa premisa, los profesores comenzaron el movimiento del flipped learning.
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