«Algunas personas quieren que algo ocurra, otras sueñan con que pasará, otras hacen que suceda».
Michael Jordan
Si algo nos han enseñado las sucesivas crisis por las que hemos pasado (y pasaremos) es que la tecnología no es suficiente para la evolución, desarrollo y supervivencia de las empresas.
Esto va muy rápido, tan rápido que, estamos ahora en la Transformación Digital de las empresas, y permíteme decir que hoy, esto no es suficiente e incluso, queda obsoleto.
La tecnología ha evolucionado y madurado tanto, que todos somos conscientes de sus ventajas y la importancia de tenerla como aliada en nuestro negocio. Singularmente, esto la hace fácil de utilizar y se convierte en una herramienta masiva y de uso cotidiano.
Si avanzamos en la reflexión, la tecnología está tan adaptada y naturalizada a nosotros, que ha permitido que las personas que trabajan puedan tener más tiempo para la reflexión y para el análisis y estrategia.
Los trabajos son cada vez más, de alto nivel. La reflexión, la estrategia y la toma de decisiones suponen el mayor peso para el éxito de la misión de la empresa.
Por tanto, el cambio que se necesita es más radical. Es un proceso que debe proponer “cambios culturales” a los que nos enfrentaremos sin importar si se es líder o parte del equipo. Va mucho más allá de depender de tecnologías de última generación y adoptarlas creyendo que así “se digitalizarán” ( Telefónica business)
Por todo esto, cultivar el liderazgo en cada trabajador de nuestra empresa es una de las mejores estrategias que podemos adoptar para afrontar los nuevos tiempos.
¿Qué es liderar?
Cuando hablamos de liderazgo tendemos a confundir el término con la clásica acción de mandar. Lo asociamos a jerarquía, autoridad y dirección. Al mismo tiempo aislamos el concepto y pensamos en un oscuro cónclave de directivos que se sitúan en la planta alta de las oficinas.
Hay mucha literatura sobre liderazgo y no es objetivo de este post definir el concepto. Para mi, liderazgo es una actitud, una capacidad de afrontar retos, mejora continua, y compromiso por hacer crecer a la gente que te rodea.
Y para ser líder, ¿necesito ser jefe?
No, rotundamente no. Hoy las organizaciones no necesitan líderes verticales. Necesitan tener líderes horizontales que crean en la misión de la empresa, la sientan como propia y sean comprometidos.
Las empresas se están comprometiendo cada vez más con un liderazgo horizontal. El trabajo colaborativo, la comunicación, la capacidad emocional, la orientación a la mejora continua, hacen que cada trabajador se sienta líder en su organización.
Los que tenemos una cierta experiencia laboral tenemos que entender que a nuestras empresas y organizaciones confluyen, cada vez más, personas con un modelo de vida muy diferente al nuestro (Millenials, generación Z, etc).
¿Cómo convertimos a nuestros trabajadores en líderes?
No es tarea fácil, la verdad.
Cultivar el liderazgo supone empoderar a nuestros trabajadores, lanzar acciones de compromiso y mejora continua que impliquen darles responsabilidad, capacidad de desarrollo, mejora y competencias en Soft Skills.
Es el momento de la verdad. Necesitamos retener el talento y cultivar su liderazgo. Para ello, estrategias como el Employer Branding son claves junto con la formación y Planes de Desarrollo.
La mejora continua o reskilling se convierte en el motor de los Recursos Humanos. El último informe de EY publicado en septiembre de 2020, «Las empresas españolas frente a la revolución del reskilling» pone de manifiesto esta necesidad y compromiso de todos por crear oportunidades para el futuro que pasen por la formación y desarrollo de profesionales.
Se trata de apostar de una vez por todas por las personas, por su desarrollo y empoderar sus perfiles. Sólo entonces será cuando la Tecnología cobre sentido y realmente haya alcanzado su Transformación hacia lo Digital.
Imagen de portada: Photo by Anna Samoylova on Unsplash
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