Érase una vez  un concepto especialmente poderoso: «Experiencia memorable». La primera vez que escuché hablar de ella creo que fue en la segunda edición del Gamification World Congress, el evento por excelencia sobre gamificación. Y es que uno de los grandes objetivos de la gamificación es generar experiencias memorables, experiencias que calen en nosotros y que resulten inolvidables.

El aprendizaje de por sí representa una experiencia memorable, grata, interesante; el problema es que a medida que crecemos lo vamos olvidando. Al final ocurre, que en la mayorías de las ocasiones, participamos en un curso porque nos sentimos obligados a aprender, bien por la consecución de un certificado, por la acumulación de créditos, por la mejora de nuestro curriculum vitae, porque está de «moda», etc. Sí, sé que estáis pensando que también hay alumnos que comienzan la aventura formativa por el mero hecho de aprender, es cierto, ¡y menos mal que existen!

En definitiva, la lista de motivaciones es interminable, aunque está abanderada en mayor medida por la motivación extrínseca. Ahora bien, admitamos nuestra parte de responsabilidad; si bien en mucho casos, los participantes no traen consigo la disposición esperada, es responsabilidad nuestra invertir ese hecho; tenemos la oportunidad de provocar el engagement, de lograr que el proceso de aprendizaje sea atractivo, ameno y placentero.

Reto: aprendizaje= experiencia memorable

Comencemos por identificar los 4 ejes de la experiencia memorable: estética, narrativa, tecnología y elementos de juego. Estos ejes estarían relacionados íntimamente con la gamificación, así que, tanto si estás familiarizado con ella como si no lo estás, te recomiendo tanto la visualización del siguiente vídeo como la entrada publicada por Juan Fernández Galera en su blog, donde plantea propuestas concretas para estos cuatro ejes enfocadas al aula. Y ahora sí, activemos el play:

Partamos de esta base, no resulta sencillo que el cliente para el que desarrollamos el proyecto formativo o la empresa para la que trabajamos, estén dispuestos a poner estos ejes en práctica. Esto puede ser debido a la propia filosofía o a un ajuste tiempo-calidad-recursos. De cualquier manera, a continuación se proponen algunas acciones que tanto profesional como personalmente me han funcionado estupendamente. El poder probarlas e implementarlas sin duda aportará valor al proyecto, consiguiendo que la experiencia sea memorable, tanto para el alumnado como para ti como docente. Te animo a ponerlas en práctica en la medida de lo posible, ya verás qué enriquecedor resulta.

Este primera entrada abordará el primero de los ejes: la narrativa. En próximas entregas descubriremos propuestas concretas para la estética, la tecnología y los elementos de juego.

NARRATIVA

Sobre el poder de la narrativa en el aprendizaje se ha escrito en numerosas ocasiones; y es que una buena narrativa puede lograr lo impensable: que el alumnado disfrute aprendiendo. Por si albergas alguna duda, recomiendo la lectura de esta entrada de Shif Learning, muy bien elaborada, que incluye inspiraciones tan potentes como la de Vladimir Propp e incluso esboza una propuesta narrativa eLearning basada en Propp. La narrativa, se utilice en un contexto analógico o digital, representa todo un arte. Personalmente, no concibo una propuesta  de sistema gamificado en el plano de la educación sin una narrativa que lo sustente, narrativa que también se intenta incorporar en otro tipo de experiencias educativas. Una vez nos hemos decidido a apostar por la narrativa, corremos el riesgo de abandonar al enfrentarnos al temido «lienzo en blanco». ¿Como creamos una narración digital? En este artículo de Use Pastrana para Educ@conTIC encontrarás los 10 pasos básicos para conseguirlo. Muy recomendable también esta entrada del mismo blog donde se proponen diversas herramientas y recursos para ponerla en práctica en el aula.  A destacar estas historias al cubo (creado por @emebrea que bien puede inspirar la narrativa de tu curso online):

¿Necesitas más inspiración? Imprescindible esta entrada de Pepe Pedraz en su blog , donde comparte múltiples recursos tanto analógicos y digitales, que a buen seguro conseguirán que el lienzo en blanco comience a colorearse. A destacar: Mysterium, La Tabla periódica del Storytelling, Ikonikus y Storytelling Design Board. El resto o los estoy probando o los tengo en espera (y deseando). Si bien estas herramientas pueden inspirarnos, hemos de prestar especial atención a la inspiración audiovisual que consumimos. No es obligatorio comenzar una historia de cero, ni mucho menos, el cine  y las series representan un excelente punto de partida. Historias y personajes, que adaptados a nuestros objetivos y necesidades de aprendizaje bien pueden ayudarnos. Además presentan una gran ventaja, y es que al ser personajes conocidos, suele resultar sencillo que los participantes interaccionen con la historia desde un principio. Eso sí, no pretendamos conquistar a un público «friki» con una narrativa basada en «Las chicas de oro», mejor probemos con Star Wars, Breaking Bad o Strange Things.

Y para que estas líneas tenga un final feliz, te animo a leer con detenimiento la siguiente entrada, que ofrece guías y ejemplos para crear Storytelling en eLearning.

Colorín colorado, el camino hacia la experiencia memorable ha comenzado…

Imagen de cabecera: CC0 Public Domain. Comfreak (autor). URL de descarga en Pixabay.