No hace falta decir que como mejor se aprende es jugando, practicando, ejercitando el saber-hacer. Recuerda que aprendimos a escribir, leer y dibujar sin dificultad mientras jugábamos en el aula de primaria. Ya más mayor, lógicamente la cosa cambia, la seriedad se impone ante la cantidad de cosas que aprender y el estudio llega a convertirse en un handicap para muchos, en algo pesado por varias cosas: motivación, falta de concentración, aburrimiento, no ver el fin de lo que se estudia, cantidad, etc…

¿Porqué no estudiar y jugar a la vez como al principio? El e-learning ofrece la ventaja de permitir seguir el camino de jugar y aprender a la vez gracias a los recursos que nos ofrece hoy la tecnología (PC, Smartphone, redes sociales, etc…), los videojuegos son una perfecta combinación con el aprendizaje, “pueden [los juegos] absorber por completo a un jugador, sin que haya en el propio juego ningún interés material” (Johan Huizinga)

Sin embargo, existe mucha resistencia a la inclusión de juegos en material e-learning, algo muy común en los países de habla anglosajón (EE.UU, Reino Unido y Australia) donde se ha acuñado un concepto, “Serious Games” (Juegos serios) cuya definición es:

“involucrar el uso de tecnologías de juegos electrónicos y metodologías para otros fines diferentes al entretenimiento. Los propósitos incluyen: e-Learning, Simulación, Creación de equipos, Colaboración, Networking Social, Conformación de opinión”. (extraído de www.seriousgamesinstitute.co.uk)

Este tipo de juegos destinados al aprendizaje surgieron, y se siguen utilizando, para determinadas áreas donde la práctica es compleja y con sobrecoste: la formación militar, médica y empresarial. La razón se le achaca a que han tenido más presupuesto, y la cuestión de una correcta capacitación puede ser un tema de vida o muerte

No hay que indagar mucho para ver que existen empresas dedicadas a este sector (en terreno anglosajón). De hecho, doy con una que pongo de ejemplo con larga experiencia en el sector que llevan multinacionales como Coca-Cola, Shell o HP, mediante juegos creados sobre una base consiguen realizar un sistema de enseñanza/aprendizaje más ameno, más sencillo y mucho más motivador. Os invito a conocer http://www.pixelearning.com/ una compañía americana que da a conocer su trabajo con demostraciones y ejemplos como el de Coca-Cola.

Evidentemente, no es que no haya nada en nuestro idioma ni que el sector se halle parado por completo, hay trabajos ya hechos y un movimiento bastante acelerado por introducir este tipo de elemento como material e-learning, un elemento que encarece pero que repercutirá en la visión que tienen las nuevas generaciones en la educación a distancia. Podéis ver el ejemplo de la compañía EA que apuesta por este tipo de juegos orientados a la formación  http://www.aprendeyjuegaconea.com/

Existe cierta demonización de los videojuegos en Europa, supone un cambio económico-social drástico que la generación 1.0 (actuales dirigentes del tejido empresarial, Ojú lo que he dicho) no quieren ni saben ver, y es que los videojuegos son una parte muy importante en la sociedad que ha tenido un gran impulso y que supera al cine y a la televisión en facturación. Mucho se trata de evidenciar que hay riesgos de sufrir patologías psicológicas relacionadas con los videojuegos, sin embargo, ¿no sería mejor contribuir a su desarrollo? La edad promedia de los «jugadores sociales» es de 29 años en los EE.UU. y 27 años en Europa.

“[…]La experiencia de navegar en Internet, recorrer hipertextos, enviar e-mails y chatear, es –justamente- como un juego en sí mismo, un viaje o una aventura que emprendemos, tanto los consumidores como los productores de este mundo virtual.[…] […]las nuevas generaciones pasan más horas jugando que estudiando y extensión se manejan mejor en el mundo virtual, que en el real.[…]”

(Lucio Margulis en Wikilearning)

Para finalizar esta breve exposición de los “juegos serios” recomiendo los artículos de Philippe Boland en http://www.networking-tic.info/ y su grupo de Facebook » Serious games para ICT4D» bastante actualizado y en español.

Ojú lo que nos queda.