Casi al principio…

Desde la antigüedad el vehículo de transmisión de conocimientos ha sido la palabra hablada. Los textos y escritos sólo tenían un sentido guardador y de perdurabilidad del conocimiento más que de instrumento de aprendizaje.

Ya en la Grecia de los filósofos, la palabra se transmitía en Gimnasios, Academias, Foros, Mercados, etc. Desde hace mucho en Universidades, Colegios, y Escuelas.   A lo largo de la historia, el conocimiento mostrado a través de la palabra ha sido el rey, el más acreditado y el que ha garantizado la enseñanza y aprendizaje real.

Apareció el eLearning…

¡Espera! antes el autoestudio, disciplina reservada a estudiosos y monjes disciplinados que se dedicaban a profundizar y conocer a través de la palabra  escrita.  Posteriormente, cuando el acceso al conocimiento fue más universal apareció la formación a distancia como modalidad de aprendizaje donde la palabra escrita se convertía en la herramienta clave para el proceso. Los carteros llevaban a nuestros hogares los tomos para ser estudiados y devolvíamos los éxamenes,

La evolución de esa formación a distancia hasta nuestros días la conocemos todos: El eLearning y como tal, comenzó a tener los mismos problemas que ella: la falta de la voz, ese instrumento familiar y natural que nos lleva a una comunicación que genera confianza, tranquilidad y fiabilidad,contribuyó significativamente a crear una imagen de una formación no tan buena como la presencial. Una formación de segunda que no conseguía “sustituir” al escenario de dos personas interactuando a través del lenguaje hablado.

El problema no era el contenido, sino cómo y con qué se transmitía. La industria del eLearning a principios de siglo (je je je,por el 2000 ¡qué no somos tan viejos!) para contrarrestar esta carencia, desarrolló toda una estructura multimedia compleja que pasaba por la creación en Flash y otros lenguajes de escenarios virtuales e interfaces dignos de los mejores juegos de entonces.

La evolución del eLearning…

La voz apareció de nuevo en el escenario del aprendizaje a distancia. Se trataba hacer sentir al alumnado como si estuviese en una clase presencial. Cualquier curso que se preciara, tenía una voz que narraba o permitía transcribir el texto que aparecía en pantalla basado y diseñado para la accesibilidad principalmente.

Esta locución (una voz en off o narración pasiva) estaba presente en todo momento y al final terminaba convirtiéndose en una pesadilla para quien estaba delante de la pantalla intentando enterarse de los contenidos. No sabía si prestar atención a quién hablaba o a los contenidos que iban apareciendo en pantalla. Al final, en la práctica se desactivaba la voz y se continuaba leyendo. Esto, para los diseñadores instruccionales era temible. Por un lado por la inversión económica que suponía hacer una locución de calidad, y por otro, el hecho de no estar dando con la tecla.

Aunque ese no era el camino, se siguió diseñando ese formato de curso online durante mucho tiempo (hoy, todavía es lo más demandado por las empresas y las Administraciones). La voz, impulsada por la industria del eLearning se estandarizó en todos los paquetes de contenidos y se servía de diversas maneras: con locutores reales, con texto leído por el sistema operativo (Loquendo OMG!) e incluso salieron soluciones de autoría de contenidos con su propio conversor de texto en voz (Text to Speech) como Captivate.

eLearning todavía más evolucionado…

Como la gente seguía pidiendo voz, hubo que dar una vuelta de tuerca y los que nos dedicábamos al diseño instruccional tuvimos que idear nuevas técnicas para hacer la voz más útil en los contenidos. En realidad fue una conceptualización más profunda y lógica a la vez que una madurez profesionalización del sector. Se pasó de la voz pasiva a la voz activa, aparecieron los personajes y las historias (¡esto del storytelling no es nuevo!) que a través de su voz, con frases cortas y mensajes directos contaban algo más de lo que decían los contenidos escritos.

Con la mejora de la banda ancha se pudo incluir el vídeo en los contenidos y eso ayudó bastante a suplir la carencia de no tener a esa persona que nos transmitía a través de su voz el conocimiento. A finales de la década de 2000 veíamos cantidad de contenidos apoyados con una persona que, a modo de presentador, nos iba contando el contenido. La técnica utilizada era la del Chroma Key.

y llegaron los MOOC´s…

En esa constante búsqueda de la similitud con la clase presencial y la búsqueda de la voz como herramienta, hemos llegado a los MOOC´s, un cambio al concepto de elearning tradicional, y que sigue tratando en su concepto llevar la clase presencial a la pantalla del alumno a distancia. Son profesores que generalmente se graban en vídeo y dan una clase sobre un tema concreto transmitiendo a través de la palabra su conocimiento.

Sigue siendo comunicar con palabras, y teniendo la imagen y el audio como elementos principales. A este respecto, y siendo un poco malillos, podríamos pensar que la época multimedia con escenarios y con complejos itinerarios de aprendizaje habría fracasado y se habría vuelto a una versión más modernizada de la clase tradicional… jejeje..

Reflexión

Ahora tenemos un ecosistema de aprendizaje (quedaros con esta palabreja) online muy evolucionado y complejo que busca tener experiencias de aprendizaje basadas en las emociones. Podemos aplicar nuevas técnicas como  la gamificación, o recrear entornos virtuales con la realidad virtual, pero siempre está presente que el hecho de comunicar con voz entre dos personas será la base para que nuestra formación tenga éxito.

¿Qué pensáis? ¿Creéis que la voz es tan importante en la formación online?