Ya sabéis que este blog tiene mucho acentito andaluz y por Sevilla andamos de Feria de Abril. Y, preparando los trajes de flamenca y todo sus avíos, me he puesto a reflexionar que tiene algunas características comunes con un curso de elearning. Seguro que ahora mismo estáis diciendo, «A Nuria se le ha ido la pinza….», pero aún no, os lo explico mientras me preparo una jarra de rebujito y dejo que seque una acuarela para ilustrar el post.
1. Conjugan tradición e innovación.
El traje de flamenca es el único traje regional que se adapta a la moda. Ha cambiado muchísimo desde su origen en el que eran las batas que llevaban las mujeres a las ferias de ganado. El traje conjuga tradición e innovación, pues si bien conserva una estructura básica sustentada en un cuerpo entallado sobre el perfil de la cadera y una falda de volantes, sobre este armazón la creatividad fluye.
2. Son personalizados.
El traje de flamenca puede ser de crespón, seda, popelín, piqué, etc. Puede llevar cintas, tiras bordadas o encajes. Uno o varios volantes. Pequeños o grandes, fruncidos o de capa. Escote de pico o redondo. Mangas a la sisa o hasta el codo. Sin mantoncillo o con mantoncillo, cruzado o caído sobre espalda y el escote. Y como no las mangas, que pasan de cortarse en la sisa con muchos volantes a bajar al codo e incluso a la muñeca.
Pero hay algo que no cambia a lo largo de la historia. La hechura clásica del traje es el llamado «cuerpo de guitarra», que realza la figura de la mujer. Por eso, a la hora de elegir un traje de flamenca hay que tener en cuenta cada cuerpo. No todas las mujeres tenemos la misma constitución, por eso hay que analizar qué corte vendrá mejor y tener en cuenta que cada traje debe estar ajustado al cuerpo.
3. Se enriquecen con los complementos.
Este continuo reinventarse implica también a los complementos o avíos. Si un año se lleva la flor grande y algo más baja, al siguiente pequeña y alta; si un año el pendiente es de aro, al siguiente de pera; si un año el mantoncillo con flores pintadas, al siguiente de tela estampada o liso… Y ya ni hablar de las peinetas y los pendientes. Además, tenemos la posibilidad de complementos distintos de día y de noche, para con un solo vestido dar diferentes resultados que hagan efectos innovadores y sorprendentes.
Me ha encantado el artículo. Yo te diría, el aprendizaje se viste de muchas formas para adaptarse al contexto en el que sucede. En el caso que apuntas, la moda tiene muchas caras y el traje de flamenca es lo que encaja con la Feria 😉
Mi pregunta es ¿no crees que un modo «casual» podría ser el mas rentable? «Casual» es una moda económica, no es de diseño (un traje de flamenca cuesta un riñón… y yo me lo sé porque tengo tres mujeres en casa y un solo riñón) y tenemos la garantía de que perdurará en el tiempo y será usado durante todo el año. Incluso en Feria de Abril.
Yo, lamentablemente, estoy en contra de las modas… que vienen y van. Las personas permanecen y el aprendizaje continúa, independientemente de las tendencias que, eso sí, pueden hacer mas o menos atractivos los trajes.