Durante unos días he tenido el placer de recorrer parte de Egipto, conocer su historia y leyendas, sus templos y pirámides. Y, paso a paso, no dejaba de sorprenderme las maravillas que iba encontrando, la historia que había detrás de cada una de ellas y los años que todo aquello llevaban en pie.
El Antiguo Egipto tenía ciencia y tecnología avanzada para su tiempo, la orientación de los templos y de las pirámides requería mediciones precisas. Y por ejemplo, la fecha estimada de terminación de la construcción de la Gran Pirámide es alrededor de 2570 a. C, así que podemos hacernos una idea.
Siempre he creído que la construcción de los templos y las pirámides, por lo reflejado en películas y documentales, caía en manos de esclavos bajo durísimas condiciones en pleno desierto. Pero no!!! Según descubrimientos recientes, los trabajadores eran personas voluntarias, se organizaban por turnos y no podían trabajar más de tres meses seguidos. Para cualquier egipcio, poder trabajar en la construcción de un templo o la tumba de un dios o un faraón, era su mayor premio.
Y a partir de ahí empecé a pensar en la época actual, ¿dónde está esa ambición por los grandes proyectos?
Si algo caracterizaba a los egipcios era la pasión… «Trabajar duro por algo que NO nos interesa se llama estrés, trabajar por algo que amamos se llama pasión». Amaban lo que hacían, pensaban que cada acto tenía su recompensa y esa motivación colectiva les hacía crecer y crecer, aprender y aprender.
Estén los tiempos como estén, en OjúLearning continuaremos trabajando con pasión. La pasión y el optimismo son opciones que elegimos en la vida. Independientemente de las circunstancias de cada uno, hay personas que se orientan a buscar soluciones y otras que se hunden en los problemas.
Las personas con pasión se caracterizan por:
- Tienen una forma de pensar orientada al éxito y los momentos positivos los engrandecen.
- De las situaciones negativas piensan que van a ser pasajeras y sienten que tienen recursos para hacerle frente.
- Contemplan el mundo con proyectos, sueños en lugar de interpretarlo como un lugar hostil en el que ocurren cosas negativas.
- Disfrutan del camino más que del destino.
- Utilizan un idioma positivo cuando hablan con ellos mismos: puedo, lo intento, no tengo nada que perder, esto es una oportunidad, etc.
- Se rodean de compañeros y apoyo social similares a ellos.
- Están orientados a prestar ayuda, suelen ser más empáticos y sensibles con las necesidades de los demás.
- Son agradecidas, les gusta lo que les ha tocado vivir y lo que no les gusta buscan cómo solucionarlo.
- Hacen por disfrutar, busca situaciones, películas, libros que les potencien las emociones positivas.
- Dirigen toda su fuerza y energía en controlar lo controlable y desatender aquello sobre lo que no pueden intervenir.
¿Por qué no retomamos la pasión de los antiguos egipcios y la aplicamos en nuestro día a día, en nuestros proyectos de eLearning?
Más información:
Lo que diferencia a las personas felices de las que no lo son (Patricia Ramírez)
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