Hace unos días, escuchaba en la radio, a una colega pedagoga hablar de unas Jornadas que se habían celebrado sobre “Pedagogía de Emergencias”, y me puse a investigar.

La Pedagogía de Emergencia se encarga de rescatar emocionalmente a niños en casos de catástrofes naturales (terremotos, incendios, inundaciones…),  civiles (guerras, refugiados, accidentes…) o situaciones de  maltrato, abuso o abandono.

Cada año, millones de niños y personas jóvenes tienen la desgracia de vivir situaciones traumáticas por cuestiones étnicas de guerra o tortura. Muchos niños siguen siendo explotados como soldados, y Unicef cifra en unos 50 millones el número de niños desplazados. Otros niños sufren problemas de secuestro, trabajo forzado, acoso, abusos sexuales, o presencian actos violentos cerca de ellos. De manera similar, en los desastres naturales, los primeros en sufrir la falta de salubridad, infraestructura y orden después de una catástrofe son los niños.

Todos estos niños viven experiencias traumáticas que, si no son tratados psicológicamente, pueden más tarde conducir a severos síntomas y afectar al desarrollo del niño en el largo plazo. De estas experiencias pueden nacer enfermedades psíquicas y físicas, así como dificultades de aprendizaje, o problemas conductuales.

Las intervenciones educativas de urgencia intentan apoyar a estos niños y jóvenes en la superación de su trauma a través de medidas de estabilización. El objetivo es integrar las experiencias traumáticas a la biografía de cada individuo y de ese modo contrarrestar el desarrollo de estrés postraumático.

El enfoque de la Pedagogía Waldorf, que basa sus pilares en el desarrollo del niño y sus dimensiones globales, marca la intervención educativa de urgencia. Os dejamos más información sobre el enfoque en este vídeo con Bernd Ruf creador de la metodología de la Pedagogía de emergencia.

Según nos explican en el blog “Voz y Movimiento”, las fases cruciales son:

• La primera fase después de un shock es la fase aguda que dura hasta dos días después del suceso. En esta fase encontramos síntomas fisiológicos como sudor, escalofrío, temblor y taquicardia, síntomas emocionales como ataques de pánico, apatía o agresividad. El trauma no es una enfermedad, sino una herida emocional, que al igual que una herida física, debe tratarse lo antes posible para evitar infecciones. También un trauma debe ser curado cuanto antes para evitar que se desarrollen patologías secundarias. La experiencia de los primeros instantes después de un trauma será determinante para su cura.
• En la segunda fase del trauma, es decir, hasta dos meses después del shock, estamos a tiempo de parar el proceso negativo a través de recursos pedagógicos aparentemente simples como son cantar, hacer música, rimas y juegos de dedos, juegos de cooperación, coordinación y movimiento, juegos de tacto, dibujar, pintar, modelar, escuchar cuentos, sumados a rutinas y ritmos claros, en un entorno afectivo y seguro. Todo esto tiene un efecto reorganizador del cerebro y armonizador del plano mental, emocional y físico.

En España…

La asociación “amigos de la pedagogía Waldorf” (Freunde der Erziehunstkunst), apoya hace décadas la pedagogía Waldorf en todo el mundo a través de la gestión de voluntariado, ayudas económicas, gestión y formación. Desde hace 10 años creó la sección de Pedagogía de Emergencia (Notfallpädagogik) a través de la cual intervienen en distintas partes del mundo. En España tuvo lugar hace unas semanas, el I Encuentro de Pedagogía de Emergencia y se han apuntado alrededor de 100 profesionales para formar equipos en nuestro país.

Más información: http://www.vozymovimiento.com/pedagogia-emergencia-2/

Imagen de la portada extraída de http://derumboalcambio.blogspot.com.es/2015/10/pedagogia-de-emergencia-cobijo-para.html