Más ciencia o más letras ¿Adónde vamos?

Un objeto está siendo el gran protagonista del contexto que nos rodea, un concepto que ha revolucionado tanto en tan poco tiempo que no obstante se encuentra en un segundo plano, un elemento del que apenas nos percatamos de su existencia, nos referimos a la pantalla. El poder audiovisual se ha extendido de forma prolífera  a casi todos los rincones del planeta gracias en parte al apoyo de internet y todo lo que le rodea (satélites, anuncios, fabricantes, consumo, mass medias,  …) se ha convertido en un elemento que ha alzado a empresas como Apple o Google a la élite mundial de empresas… concretamente al primer y segundo puesto del ranking de empresas de mayor valor según una consultora de estas que tan mala espina dan (Noticia en CINCODÍAS).

numeros Podemos sacar sin precipitarnos una idea clara, el dinero se mueve descomunalmente en el mundo virtual, de la informática y de las pantallas. En nuestro país, todas las generaciones consumen pantallas ya sea del televisor, como de ordenadores o dispositivos móviles o de todos. Desde el inicio de la actual coyuntura socioeconómica y política no es raro ver diferentes artículos en el que se intenta redireccionar el perfil ocupacional de la población hacia ramas relacionadas con la ingeniería, la medicina, las telecomunicaciones, los idiomas y la informática. No es extraño ver estudios en el que se ocupan de dar a entender que estudiar programación o informática es seguridad de futuro, nace el nuevo peón albañil, el programador.

<ironia style:»on»>Esto no es malo, a falta de orientadores pedagogos en colegios al menos los lobbies se mueven y dan a entender que hay necesidad de ciertas cualificaciones en ciertos campos laborales</ironia>

Nos hacemos eco de un punto importante, ¿dónde quedan las letras? La crisis en el sistema educativo y en la formación parece tener mucho recorrido aún por delante. Esto no quiere decir que se proteste sobre el modo en que debemos percibir la ciencia, es muy necesaria, imprescindible y estamos de acuerdo en que la tecnología y la ciencia ha permitido ver la vida tal y como la conocemos, todo un avance de la humanidad. Tan solo defendemos un poco más de apoyo al sector social

¿Dónde quedan las letras?
No encontramos por ningún rincón de estas noticias y artículos ningún beneficio de estudiar en la Facultad de Ciencias de la Educación o en Sociología o en Trabajo social, Humanidades, Antropología… La nota de corte para estas titulaciones es la mínima para acceder y se encuentran hoy más que nunca devaluadas por el sistema que incitan abiertamente a estudiar ciencias, estudiar números. De igual modo vemos un gran impulso comercial por hacer ver a los más pequeños lo importante que es la informática. Por ejemplo lo vemos en esta genial sección de BQ, marca española de dispositivos móviles e impresoras 3D, que ciertamente están haciendo las cosas bien.

Mi percepción inmediata es pensar que los números restan humanidad, la falta de personal cualificado en sociales en empresas hace ver a los números antes que aspectos más sociales, mas humanos. Somos historia viva y es fácil observar que hoy predominan las cuentas, los algoritmos y la tecnología y que en este contexto se acrecientan aspectos que sin filosofía y letras quedan a merced de gente buena o mala.

«Los trabajos que veremos en los próximos 10 y 20 años tendrán un fuerte componente tecnológico y estarán muy influidos por el hecho de que la gente vive cada vez más tiempo». Robert Bednarzik  – Tecnología, demografía y los trabajos del futuro – BBC  

#elearning
En #elearning la figura del informático es muy importante y no es la primera vez que se denuncia y se debate sobre el papel de los profesionales del elearning que vemos a nuestro alrededor, a veces en forma de intrusismo profesional y en otras directamente con con una carga excesiva de medios tecnológicos en lugar de una buena programación pedagógica. Lo primero no es tampoco un error, cuántos profesionales de la educación encontramos trabajando en un sector completamente diferente al que les pertenece por «titulación». Y del mismo modo, cuántos profesionales de la educación encontramos totalmente desubicados y confundidos en su propio sector. Lo segundo es más preocupante, cursos sin cuidado de que el alumnado asimile contenidos, tutores sin vocación  profesional que ejercen por el mero ánimo de lucro, … La formación se deshumaniza hablando en estos términos. La reflexión final es si nuestra sociedad necesita de más o de menos profesional social, es decir, ¿queremos más ingenieros o más educadores? ¿Qué opinas tú?
Fuente

4 comentarios

  1. Azahara dice:

    ¿Por dónde empezar? Deseo que todo los profesionales (en base a su conocimiento, esfuerzo y potencial) ocupen el lugar que le corresponden y tengan la oportunidad de seguir desarrollándose y aportando a la sociedad. Ambas disciplinas no solo son indispensables, sino complementarias.

    La tecnología y sus aplicaciones avanzan a una velocidad insólita, y entra en juego lo que vende, el ejemplo de BQ me parece excelente, el otro día vi un reportaje y realmente son unos crack. Pero si las Ciencias Sociales, Humanidades, etc. quedan relegadas, el desequilibrio será realmente peligroso, hemos de saber conectar y comunicar la ciencia con las necesidades y la vida de los ciudadanos.

    Trasladado a eLearning, no alcanzo a imaginar cuantos talentos pueden frustrarse al querer aprender programación (por ejemplo) y no encontrar la manera, no disponer de una guía que les ayude en el proceso de aprendizaje y les encamine al encuentro de la práctica de lo aprendido.

    ¡Gracias por compartir inquietudes, un post muy necesario! Seguimos reflexionando…

  2. Daniel Rguez. Romero dice:

    Gracias a ti por tu comentario e interés en un asunto que toca de cerca nuestra labor. Como bien apuntas es una inquietud a la que debemos dar respuesta, no es normal que en los trabajos del futuro no haya ninguno relacionado con la importante tarea de desarrollar procesos de aprendizajes ya sea en educación reglada como en la meramente formativa.

    Se habla de la tarea en medio ambiente y sostenibilidad, de la demografía y de la profesionalización de la sanidad para dar respuesta a los problemas de sobrepoblación,… sin embargo nada se apunta a la gran tarea de educar y aprender, una rama transversal a todos los sectores y campos además de la labor de educar a cada generación.

    Algo estamos haciendo mal o muy mal.

    Mil gracias por comentar : )

  3. ltornos dice:

    Coincido con Azahara en que Bq es una empresa que está apostando fuerte por la innovación aplicada a los más pequeños. Solo así se puede introducir la abstracción científica de forma práctica, amena y divertida desde edades tempranas. (+1 a Bq)

    Decidir entre ser de ciencias o de letras no debería ser una decisión tormentosa, tendrían que ir unidas de la mano. El problema está en cómo se lleva a cabo la educación en estas materias o áreas. La educación reglada en España (y otros muchos países europeos), no está muy bien planteada bajo mi punto de vista.

    Cada vez soy más creyente de corrientes como la Casa Verde de Colette Chaumier y del Método Montessori. Tuve una conversación con un amigo de la infancia al que no veía hace años: vive en Coín y sus hijas no van a la escuela, (5 y 3 años respectivamente)acuden a la «casa» con sus «guías» así llaman a las «maestras». A su microcosmos. Por desgracia, este tipo de alternativas son consideradas, por la mayoría una temeridad de unos pocos «alternativos»… Nos da miedo cambiar el sistema, apostar más por una pedagogía social, contextualizada, adaptada y abierta. Se aprende haciendo, con libertad, sin miedos, ni prisas.

    Si los niños experimentan desde muy pequeños podrán estudiar lo que quieran y complementar su formación en el futuro, pero insisto en que esta pregunta que todos nos hemos realizado en su momento… ¿qué hago ciencias o letras? no es más que un ejemplo claro del sesgo educativo al que llevamos años expuestos.

    Saludos!

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