Necesidad o Inversión: El ROI del eLearning

¿Cómo ven las empresas la formación? ¿Se considera rentable formar a los trabajadores o, por el contrario, se considera un gasto prescindible?

En los tiempos que corren todos nos planteamos cómo afrontar el cambio hacia modelos más sostenibles y ajustados y tristemente, en la hoja de ruta de muchas empresas va la supresión de la partida de formación. Esto puede ser debido a varios factores:

  • El coste: Realizar formación conlleva gastos económicos y salariales que, en la mayoría de los casos, son afrontados para paliar una necesidad puntual como por ejemplo, cumplir una normativa de PRL de LOPD o algún requisito técnico de normativa laboral…. Si a esto le sumamos que la mayoría se desarrolla en modalidad presencial resulta inasumible y por lo tanto prescindible.
  • El producto. Lo atractivo que pueda ser la oferta formativa es otro factor determinante. Aquí podemos hacernos muchas preguntas tales como,  ¿cuántos cursos de word 2000  o de correo electrónico están todavía en los catálogos de muchas empresas dedicadas a formación? en muchas ocasiones las necesidades de formación de la empresa más que ser detectadas por la propia empresas vienen condicionadas por el catálogo de cursos de la consultora o entidad que le gestiona el plan formativo.
  • Los objetivos. Los intereses de los trabajadores chocan con los intereses de las empresas y la formación se convierte en un elemento de disputa que termina llevando las iniciativas al fracaso y realizando acciones que nada tenían que ver con los intereses iniciales de cada uno.

Por otro lado, la tendencia del mercado nos dice que para que una empresa sea rentable una forma de conseguirlo es invertir en formación y, como dice Josep M. Duart en este interesantísimo artículo, una inversión con retorno (el famoso ROI). Para una empresa, definir una buena estrategia de formación es invertir para rentabilizar y obtener beneficios y que podrán ser medibles a través del ROI. Pero para que se produzca una inversión rentable si la abordamos desde la modalidad eLearning,  debemos tener en cuenta varios aspectos:

  • Definir bien los objetivos de la formación que queremos llevar a cabo. Los objetivos de la acción formativa deben atender a las expectativas demandadas y estar en consonancia con lo que la empresa espera conseguir con esa inversión. Es muy común encontrar en la formación eLearning soluciones muy “empaquetadas” y estandarizadas que responden a finalidades más que a objetivos concretos. Esto lleva a equívoco a  departamentos de RRHH de empresas convencidos de que al adoptar este tipo de soluciones más económicas que las presenciales, están invirtiendo correctamente y rentabilizando el presupuesto de formación. A corto plazo puede que haya una reducción de costes pero a la larga suele ser una formación que no ha aportado nada a mejorar la empresa pues no soluciona nada.
  • Definir a quién va dirigida la formación. El concepto del eLearning se asocia frecuentemente con “un montón de alumnos”. Es lógico, y de ahí que una de las ventajas a la hora de vender eLearning sea la rentabilidad, que  tener muchos alumnos abarate el coste frente a otras modalidades como la presencial.  Pero esto provoca que en los cursos de eLearning nos encontremos con grupos muy heterogéneos e intereses muy dispares que puede que no coincidan con los de la empresa provocando una rentabilidad baja  en términos de ROI.

Y otro aspecto fundamental es la calidad de los productos formativos. Un buen producto (en términos de formación) no es el que se vende muchas veces, sino el que contribuye a alcanzar la meta propuesta inicialmente. Otra vez, las soluciones “empaquetadas”, muy atractivas y dotadas de las últimas tecnologías aplicadas al aprendizaje, resultan muy fáciles de vender y a la empresa, muy tranquilizador adquirirlas. Compran “lo que se lleva”, lo último, lo más interactivo y se olvidan de si realmente es necesaria o no esa formación. En la empresa, se rechazan soluciones eLearning porque los contenidos no son interactivos, no son de calidad y no promueven el aprendizaje. Se centran más en los aspectos de diseño, tecnología que soporta y veces que se ha utilizado, más que en su calidad pedagógica o viabilidad conforme a los objetivos ya comentados.

Todo lo anterior tiene una carácter marcadamente económico y casi todas las herramientas que existen para medir el ROI se centran en esta variable. Pero quizás sea el momento de incorporar en esa medición nuevas variables que aportan un retorno no tan a corto plazo y no tan tangible como el beneficio económico. Hablamos otra vez del (know how) de las empresas, de fomentar la creatividad y la innovación, de hacer partícipes del proyecto empresarial a las personas que, en definitiva  redundarán en el reciclaje y permanencia de las empresas evitando su destrucción o desaparición.  Y ahí el eLearning con todas sus ventajas y bondades tiene mucho que decir.